SI QUIERES TU TAMBIÉN PUEDES

jueves, 13 de marzo de 2008

Aquí te pillo, Aquí te mato


Aquí te pillo, aquí te mato



Se conoce a gente, se admiran nuevos paisajes, apenas te ocupa tiempo y es un gran desestresante. Rapidito, pero con muchísimas ganas, esa es la clave de una práctica sexual ideal para que nos volvamos a sentir como un adolescente con las hormonas completamente dislocadas. El factor sorpresa es fundamental para que el sexo express sea tan breve como fantástico



Olvídate de los manuales de sexo tántrico, de los mapas de las zonas erógenas, de la respiración sincronizada, del Kamasutra, de las teorías de la energía orgásmica y de las técnicas más eficaces para lograr el mejor foreplay, nuevo término con el que se denominan los juegos precoitales, es decir, el calentamiento global de la atmósfera de toda la vida. Todas estas habilidades y los manuales para lograr el coito del siglo caen en saco roto ante la moda del sexo express.

Los hombres son animales de costumbres, pero ellas –tan prácticas para estos y otros asuntos– ya están empezando a reclamar cambios en los hábitos. Tampoco es que aspiren a mucho, sólo reclaman regalarle al cuerpo alguna sorpresita de vez en cuando.


En la edad del pavo, la cosa no tenía ninguna ciencia. Las urgencias eran tales y las oportunidades tan insospechadas que cualquier callejón, portal, parque solitario o coche prestado incitaban al encuentro genital rápido, silencioso y discreto. Eso sí, siempre quedaban huellas de uno u otro tipo: un cardenal por culpa del freno de mano clavado en las costillas, la ropa manchada por la cal de la pared o una contractura por adaptarse a la forma de la escalera.


Las dificultades y espontaneidad de los jovencitos es lo que se echa de menos en las relaciones más adultas. Por eso, los probadores de las tiendas de ropa son muy socorridos para enseñar cómo nos queda la ropa interior a nuestra pareja y darle un repasito rápido e improvisado


En cualquier fiesta que se precie, los lavabos son uno de los lugares más socorridos para estas urgencias. Aunque lo importante del sexo express no es el lugar, sino encontrar en el momento más inoportuno esa mirada cómplice y chispeante que desatará, en unos pocos minutos, una imparable calentura.


Algunos dicen que para este tipo de aventurillas rápidas lo mejor es localizar a un desconocido. Pero con extraños es muy improbable que las cosas fluyan como está mandado. En estos casos puede aparecer la timidez, el exceso nerviosismo e incluso alguna sorpresa desagradable.


El sexo express es como un bocadillo. Sirve para matar el gusanillo, pero la calidad es más que dudosa. Además, si te dejas llevar por el hambre puede que acabes preguntándote ¿pero qué demonios hago con esta persona?
Muy instructivo, ¿se apunta alguien? jajaja

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