Los hombres no saben vivir sin tener una cruzada apasionada e inútil en la que depositar todas sus ilusiones, pena que estas emocionantes empresas estén al margen de su vida de pareja.
Ante las citas futboleras hay dos posibilidades; hacer planes alternativos para no tener que estudiar las repeticiones de los mejores goles de la jornada como si opositáramos a seleccionador nacional, o esperar al resultado del partido con el único fin de aprovechar el furor de la victoria para hacer las entradas más peligrosas y propiciar una goleada en campo propio.
Si la pareja se reserva los domingos para ver Minuto y resultado, tendremos que mejorar la táctica y aprender a jugar en casa. De hecho, uno de cada seis españoles considera que formar parte de la afición de su equipo favorito es como tener una relación de pareja. Si son más fieles a sus colores que a su amor es una duda que no despeja la encuesta.
Y es que el fútbol y el sexo tienen mucho en común: aguante, pasión, sudor y éxtasis, pero los hinchas olvidan que hay partidos sin goles y que ninguna selección será más excitante que su pareja.
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