Como enfrentar la vida despues de los 40

La ciencia ha descubierto que alrededor de los 40 ó 45 años, el organismo de mujeres y hombres cambia.

Son muchas las personas que todavía asocian la cuarta década de la vida con el final de la sexualidad, pero la verdad es que apenas comienza, al menos una nueva etapa en las relaciones entre hombres y mujeres.

Los hombres comienzan a experimentar modificaciones fisiológicas, y rara vez las consultan con los médicos e incluso, llegan a ser desconocidas por su pareja.
Se presentan casos de fatiga, alteraciones en el estado de ánimo, pérdida de interés en las actividades cotidianas, pérdida del apetito sexual (disminución de la líbido), e impotencia sexual. Estas son señales del síndrome de la andropausia: disminución de andrógenos (testosterona).

En la mujer, la edad también provoca cambios en la sexualidad, sólo que de manera muy distinta. Sin embargo, no nada más los cambios orgánicos y psicológicos influyen en dicho aspecto, sino también los factores culturales, pues es generalizada la idea de que, tras el climaterio, se va abandonando el interés por el sexo.

El proceso no resulta fácil para ninguno de los dos, puede decirse que para el hombre es más complicado, esto por cuestiones sociales y culturales.
El problema se presenta cuando el varón intenta seguir expresando la misma energía que tenía cuando era más joven.

Pero la vida y la sexualidad siguen. En promedio una pareja mayor de 60 años tiene una relación sexual al mes, esta limitación se da por los cambios orgánicos y psicológicos experimentados por ambos.

Las parejas deben tener presente siempre la importancia de acudir con un médico que conozca el tratamiento integral del padecimiento, que pueda orientar y recomendar la mejor terapia de sustitución hormonal, así como un estricto control de la misma.
Es necesario un seguimiento serio, no automedicarse y seguir las indicaciones del médico.
La terapia de sustitución hormonal como el undecanoato de testosterona o andriol, representa una excelente alternativa para el bienestar y la preservación de la salud de los varones, al evitar la aparición de los efectos causados por la escasez de andrógenos a largo plazo.
El tratamiento es seguro y efectivo, no causa daño hepático y permite dosis de acuerdo a las necesidades de cada paciente.

(Y digo yo, esto es lo que dicen los estudios, pero seguro que más de uno/a no estará de acuerdo, pues nuestros propios cuerpos son los que tienen deseos o no, pero aquí queda esto según estudios.)