Disputan la Liga más competitiva de voleibol, y a experiencia, medallas y títulos pocos las superan. Pero sólo las conocen sus familiares y los cuatro gatos que las ven jugar. Las jugadoras del Gran Canaria Hotel Cantur apuestan por llevar la equipación todavía más ajustada para atraer al público.
“Si nos desnudamos, es para promocionar de una forma sutil y sensual el vóley femenino. Da coraje que tengamos un equipazo, uno de los mejores de Europa, que todas seamos internacionales por nuestros países y que sólo vengan 20 personas a ver nuestros partidos”.
Y sí, somos partidarias de que las jugadoras llevemos las prendas todavía más ajustadas o hacer lo que sea para atraer al público. Me es igual si la gente viene a ver nuestros cuerpos, cinturas o nalgas, lo que queremos es que vengan. Luego, cuando estén dentro del pabellón, ya los fascinaremos con nuestro juego y coraje”, afirman.
“En Italia la gente se pega por ir a los pabellones. En cambio, en España, teniendo la Liga más competitiva, sólo nos ven nuestros familiares. Queremos crear afición y prometemos lucha y espectáculo. Sabemos que muchos aficionados al vernos desnudas en interviú se acercarán al pabellón por morbo; pero cuando nos vean jugar, fliparán por la espectacularidad, dinamismo y explosividad del vóley femenino”.
“Los que no entiendan nuestra iniciativa nos criticarán, pero nos es igual. ¿De qué sirve tirar de talonario y fichar a las mejores del mundo si luego van cuatro gatos a los partidos? Si todas las jugadoras de vóley tenemos unos cuerpos proporcionados, deben aprovecharlo para llenar los pabellones y atraer a más patrocinadores”.
A Sergio Camarero, entrenador del equipo desde hace diez años, se le cae baba al escuchar las declaraciones de sus chicas: “Son más trabajadoras, más profesionales y aguantan más el dolor que los hombres. Lo digo por experiencia”.
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