Una creciente consciencia sobre los asuntos de la mujer le ha dado vigencia a la problemática del acoso sexual por parte de personas de mayor poder, en particular en el sitio de trabajo.
El acoso sexual es la manera mas animal que tiene el ser humano para desear a alguien. Es el punto desequilibrado que nos convierte en perdedores imposibilitados de satisfacción y que nos sepulta en la vergonzosa manera de ofender y lesionar a alguien con palabras, insinuaciones o actos cobardes. La intención de acoso sexual siempre es visible porque no hace pareja la luz de la belleza con el lado oscuro de la baja o la doble moral y quien la revive es quien no entra por la puerta del corazón, sino que intenta irrumpir sin ser bienvenido. Es necesario siempre buscar los elementos para denunciarla, las formas para atacarla y los motivos para evitarla. Los piropos en cambio, son en esencia, las flores que se recitan a la belleza humana y que merecen adornar el animo de su esplendor. No podemos permitirnos en estos tiempos dejar de lanzar piropos a la belleza, porque sería como encerrar las flores del alma y verlas marchitar dentro de nosotros mismos. Que grandioso el día cuando la belleza humana nos hace regalar una frase creativa con respeto, con blancura... con galantería.
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