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miércoles, 14 de noviembre de 2007

S.A.D.



Hoy en día todo dolor, molestia o inconveniente, hasta el más insignificante picor debajo de la uña del meñique del pie izquierdo que pueda sufrir el hombre, tiene su nombre descriptivo y científico acuñado por las autoridades correspondientes. ¿A que muchos de ustedes han notado que, al empezar el otoño y hacerse más cortos los días y más débil el sol, tienen menos energía, más ganas de dormir, menos ganas de marcha, y más antojito de chocolates y dulces ? Pues claro que sí, porque en invierno el cuerpo nos pide cama, calorías y rascarnos la barriga. Porque tener que levantarse cuando todavía es de noche para ir a trabajar y volver a casa cuando ya es de noche otra vez es antinatural. Porque los osos no se equivocan.
Pues este letargo depresivo, señoras y señores, tiene nombre. Y es que el "establishment" médico-farmacológico a todo le saca jugo, así que si han tenido o empiezan a tener esos síntomas... siento decirles que ESTÁN MAL, enfermos de la cabeza. Tienen ustedes, y me incluyo, así que tenemos todos, un Transtorno afectivo estacional, en inglés S.A.D. o "Seasonal Affective Disorder".
Una enfermedad, con sus síntomas, su diagnóstico y su tratamiento. ¿Cómo se cura esta tristeza otoñal? La que proponen Bayer y cía. obviamente química, que además de quitar la tristeza a todo chirri burri, hace especialmente felices a los bolsillos de las compañías farmacéuticas y de algunos médicos... inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), fármacos antidepresivos que modifican los niveles cerebrales de un neurotransmisor llamado serotonina. Los más conocidos son fluoxetina (Prozac), paroxetina (Seroxat), y sertralina (Zoloft). La mayoría de estos fármacos tienen divertidísimos efectos secundarios como dificultad para alcanzar el orgasmo, disminución de la libido, infertilidad, insomnio e incluso impulsos violentos y suicidas. Afortunadamente, esto de recetar pastillas para la tristeza otoñal es una barbaridad que solo se hace, que yo sepa, en los estados unidos, donde también atiborran de fármacos a los niños por ser niños (y de paso, a los idiotas de sus padres).











Vayan y pídanle pastillas para la tristeza otoñal al Dr. House, a ver qué les dice.



La solución más obvia y a pesar de, o quizás precisamente por ello la más efectiva es, naturalmente, ponerse al sol. El problema es si vives en Inglaterra o aún peor, en Finlandia, en cuyo caso, te jodes con tu S.A.D y te pones ciego de vodka o chocolate. Con el vodka y demás espiritosos todos sabemos lo que pasa sobre todo si no se tienen una educación etílica y un entrenamiento bebércico adecuados. El chocolate puede ayudar un poquito, porque favorece no sé qué sustancias cerebrales de esas que te ponen contento, pero la ingesta excesiva de Cadbury's tiene como indeseable consecuencia el aumento directamente proporcional del volumen de tus cuartos traseros, lo que a la larga revierte negativamente en el estado de ánimo, poniéndote aún más S.A.D. Otra opción es comer cositas buenas ricas en magnesio y ácidos grasos omegapéich de esos que abundan en el pescado.
En mi caso, a los síntomas típicos (falta de energía, dormirme por todas las esquinas, cambios de humor) se suman unas horribles pesadillas de las que me despierto a mí misma a gritos (algo en lo que supongo influye el estrés), ¿Qué se puede hacer, entonces, cuando estás S.A.D., no quieres sucumbir al chocolate y no te lo pone fácil para plantarte cada fin de semana cerca del sol, de playas maravillosas, y riquísimo pescado fresco del mar?
Bueno hay cosas algo exageradas en esto pero algunas son realidad.

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